Hace bastante tiempo, en mi época de estudiante, trabajé de zahori. Un trabajo de los mas bonitos que he hecho. Buscaba pozos de agua en los alrededores de Madrid, y no tan alrededor, recuerdo de buscar una vez en el parque del conde de orgaz.
No es como os imagináis, trabajaba para un geofísico. Se colocaban unas baterías y aparatos de medición, y se pinchaba el terreno con unas estacas metálicas equidistantes. Se daba descargas al terreno y se tomaban las medidas. Cada material tiene una lectura. De esa forma se va viendo las capas que hay en el subsuelo, tierra, grava arena piedra, fango, grea y la tan deseada bolsa de agua.
Al terminar, a modo de diversión, sacabamos la vara en y, el péndulo o las varillas. Y buscábamos de forma sensitiva el agua en el terreno. Aun hoy con unas simples varillas soy capaz de encontrar agua.
La primera forma, la académica, es costosa y solo se hace cada cierto tiempo. La segunda es una forma que se puede hacer a diario, sin coste alguno.
Por eso la búsqueda del talento en nuestros equipo debe ser sensitiva y diaria. Buscar donde emana esa persona que esta en el subsuelo y hacerla aparecer. Es un ejercicio de observación imparcial que todos debemos de hacer en nuestro día a día. Si estas atento al pasar por el talento las varillas se cruzarán indicándote donde tienes a alguien con un potencial desaprovechado.
Pero aveces, hay que dar unas descargas al equipo, para saber de que material esta hecho y de donde se puede sacar el talento. Por supuesto descargas indoloras, y medibles.
Una vez descubierto donde esta el talento, no tardes en perforar y hacerlo brotar.