viernes, 14 de junio de 2013

tablas

Este post se lo dedico a Adrian Troncoso, gran aficionado al ajedrez, si su blog la venta desde las trincheras es bueno, aun mejor es una charla distendida con el, acompañada de una buena taza de café.

Sobre finales de los ochentas jugaba al ajedrez federado en la federación madrileña. Así, bien gastaba las mañanas de los domingos junto con unos compañeros de equipo jóvenes y con mas pilas que el conejito de duracell.

En una partida, cometí un error garrafal en una variante de la apertura, esos movimientos casi automáticos que duran los primeros 12 o 15 movimientos. El resultado fue la perdida de torre y caballo y un flanco con mas agujeros que la persiana de un bosnio.

Tenia dos opciones, tirar el rey e irme al bar de enfrente a tomar un café y una copa de coñac que me quitase el frío de esas mañanas de invierno madrileñas, o quedarme y alargar en lo posible la agonía, mientras mis compañeros intentaban salvar los muebles.

Miré a uno y otro lado, y los vi a todos concentrados, luchando. Decidí quedarme y vender cara la derrota.
Mi rival intentaba el intercambio rápido de piezas, yo buscaba el juego posicional que me diera una mínima ventaja estratégica, buscaba las clavadas, trabar el juego. Buscaba la calidad a la cantidad.

Sobre el movimiento treinta y pico, me paré y pensé sobre 20 o 25 minutos. Una vez analizado el tablero, dije el chiste del día "¿aceptas tablas?". Primero todos miraron el tablero, y luego las risas fueron generalizadas tanto de ellos como de mis compañeros.

En ese momento me salio mi chulería gaditana de "lo siento picha no todo el mundo puede ser de cai" y la siguiente frase fue aun peor, "tablas en 16 movimientos". Fueron 16 movimientos forzados de mi rival y al 16 firmamos las tablas, me levante y ofrecí mi mano de arriba abajo y el desde la silla mirando al tablero la dio de bajo a arriba.

Nunca unas tablas me supieron tanto a victoria, el resultado final 2.5 ellos a 3.5 nosotros.

De aquí saque estas conclusiones:

Cuando estas rodeado de un equipo que pelea y lucha, es una motivación extra para que pelees y luches.

Aunque cometas un error al principio, no todo esta perdido.

Hay muchas ocasiones que es mejor la calidad que la cantidad.

Cada cierto tiempo parate y analiza tus próximos 10 o 15 movimientos.

La victoria de tu equipo es tu victoria personal.

3 comentarios:

  1. Genial artículo Vicente. Real como la vida misma. Si fuera un campeonato individual, te hubieras ido... pero había que pelearlo por el equipo. Yo también he jugado federado y hay que pelearlo todo. He defendido buenas partidas habiendo perdido calidad e incluso en posiciones de desventajas. Hay ocasiones donde el reloj puedo jugar una mala pasada. Recuerdo una ocasión donde el rival me tomó gran ventaja pero tenía problemas para superar el control de tiempo, lo que obligó a realizar movimientos rápidos donde pude cambiar la tortilla. A esta anécdota le encuentro también paralelismo con las ventas: hay que ser bueno, pero también efectivo. No vale hacer la visita perfecta si solo haces una o dos al día: ¡El reloj también corre! Enhorabuena por tu blog.

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  2. Grande,pero grande,grande...Y para un aficionado al ajedrez como yo,aún más

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  3. Gracias a los dos por vuestros comentarios, es una inyección de animo en vena para seguir. Los dos sabéis que la estrategia y el análisis de la situación en cada momento, son claves para la evolución.Cada pequeño detalle, cada matiz puede ser una ventaja posicional que bien aprovechada puede ser la clave de la partida. Y la distribución del tiempo, tardando en unas y siendo rápido en otras, es un factor clave para no tomar decisiones precipitadas con alto indice de errores.

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